CRISPR es una técnica de edición genética revolucionaria, que se usa para diagnosticar enfermedades, controlar la actividad de genes o editar el material genético de cualquier ser vivo con gran precisión y facilidad.
Tal es su impacto que en 2020 esta aplicación fue reconocida con el Nobel de Química.
Todo empezó de manera mucho menos rutilante, en los 90s, cuando Francisco Mojica (Elche, 1963) estudiaba unas intrascendentes bacterias que habitaban suelos salinos y detectó que tenían un sistema de defensa de características muy llamativas. Su curiosidad por el conocimiento tuvo recompensa varios años después, cuando constató la relevancia biológica de su hallazgo y permitió el surgimiento de una de las principales revoluciones científicas del momento.
¿Y qué mejor que escuchar la historia de la mano de su protagonista?