María Eugenia Francia: Regresar, liderar y financiar como mujer en ciencia

 

María Eugenia Francia fue una de las seleccionadas en el primer llamado a grupos de cuatro años (G4) impulsado por el instituto en 2019. Así nació el laboratorio que lidera —el Laboratorio de Biología de Apicomplejos— que ha logrado consolidarse a partir de la obtención de otro llamado a G4, pero del ámbito internacional (promovido por la Pasteur Network) y la búsqueda activa de financiación a través de diferentes herramientas.

En esta entrevista, cuenta sobre los desafíos de buscar financiación, de hacer ciencia y coordinar un grupo nuevo, mientras se transformaba en madre de una niña y un niño.

¿Cómo fue tu llegada al instituto?

Llegué al instituto en 2016, después de haber estado 10 años en el exterior. Cuando estaba en tercer año de bioquímica en Facultad de Ciencias me salió la oportunidad de terminar mi licenciatura en Estados Unidos, y ahí también hice la maestría y el doctorado. Luego, me fui a Europa.

En 2015 ya estaba en un punto de inflexión en mi carrera y quería buscar una posición permanente en algún lado. Me puse a pensar qué quería hacer de mi vida, si quería volver a Uruguay o prefería quedarme en otro lado. Justo entré a LinkedIn y vi que Carlos Robello (responsable del Laboratorio de Interacciones Hospedero-Patógeno y de la Unidad de Biología Molecular del IP Montevideo) estaba hablando con alguien sobre que le había salido un proyecto de Neosporosis y que estaban buscando a una persona con experiencia en el tema, porque su laboratorio no había trabajado con ese parásito. El proyecto financiado también se había gestado por iniciativa de Otto (Pritsch, que era responsable del Laboratorio de Inmunovirología).

Yo había hecho el doctorado en un parásito muy parecido -a nivel experimental, prácticamente idéntico- al que causa la Neosporosis, entonces le escribí a Robello y le dije que era uruguaya y que estaba viendo posibilidades. Además de que el proyecto estaba muy alineado a lo que yo sabía hacer, también me daba la oportunidad de volver a Uruguay con trabajo y ver cómo me sentía. Entonces postulé a la beca postdoctoral Calmette financiada por Pasteur París, me salió y volví a Uruguay. Desde un principio la idea es que venía a independizarme, porque mi objetivo era acceder a una posición de líder de grupo. Al año postulé a una beca postdoctoral de la ANII, que me dio la oportunidad de quedarme dos años más. Poco tiempo después de eso se comenzaron a gestar en el instituto los llamados Grupos a 4 años (G4). Me postulé y por suerte me fue bien.

¿Qué significó la posibilidad de esa postulación para tener tu propio laboratorio?

Fue una oportunidad tremenda, y muy privilegiada porque ya es difícil tener una posición fija en Uruguay en ciencia, más difícil es tener una posición de liderazgo de grupo, y aún más cuando venís del exterior.

Para mí ganar el G4 significó quedarme en Uruguay. Volví con un objetivo y si no hubiese tenido la oportunidad de crecer, hubiese buscado la manera de irme. Es espectacular porque no es solo liderar un grupo, sino liderarlo en este instituto, con la infraestructura que tiene y con las posibilidades que te dan de trabajar a un buen nivel. Es todo lo que uno puede querer y en el país de uno, lo que es insuperable.

También vino en un punto bastante temprano de tu carrera.

En realidad, normalmente, después de haber hecho uno o dos postdocs, la gente aspira a una posición de liderazgo de grupo. Lo que sucedió en mi caso es que tal vez yo era un poco más joven que el promedio en Uruguay. Mis ventajas fueron que en EEUU hice la carrera en cuatro años, la maestría en dos y el doctorado en cuatro. Es decir, cumplí con todos los plazos teóricos, lo que en Uruguay es muy difícil. Venía del exterior con mucho privilegio, entonces algunas cosas pasaron capaz que un poco antes. Pero en cuanto al momento de mi carrera, fue el momento en el que deberían de pasar estas cosas.

El llamado a G4 contó con el apoyo de una donación privada y otra del Banco de Seguros del Estado (BSE). ¿Cómo influyeron esas donaciones en tu laboratorio?

Fueron fundamentales. El G4 no venía con un cargo, entonces la donación del BSE me posibilitó mantener mi salario y pagarle a un estudiante de maestría y algunas horas a un estudiante de doctorado. También me permitió comprar reactivos y equipos. Sin esas donaciones no hubiese podido hacer absolutamente nada.

La otra donación privada —la de Eloísa Galarregui— fue clave porque permitió la construcción del espacio físico de los laboratorios G4.

¿Cuáles son los desafíos por delante y las principales características que destacás de tu laboratorio?

En Uruguay, los desafíos siempre son múltiples. Uno de ellos es mantener cierto nivel de financiación. Me parece que cuando uno es prometedor a nivel científico tiene acceso a un buen nivel de financiación, en el que organizaciones y demás apuestan a tu laboratorio, a tus líneas e ideas, y entonces uno empieza muy arriba.

Esos fondos te permiten reclutar a muchas personas, pero después tenés el desafío de mantener ese grupo, el nivel científico y el nivel de financiación. En el instituto podemos acceder a financiación externa, que es muy importante y buena, pero que también es muy competitiva.

También es un desafío mantener el nivel de producción, no en cantidad de publicaciones sino en calidad. Una cosa de la que nos enorgullecemos en el laboratorio es que trabajamos a nivel internacional. A veces es difícil mantener ese nivel siendo que en Uruguay en general las cosas llegan un poquito más tarde a nivel tecnológico, y a nivel de financiación obviamente estamos muy rezagados porque competimos con laboratorios que tienen acceso a inversiones millonarias.

Por el otro lado, creo que en el país tenemos un nivel de recursos humanos impresionante, somos muy hábiles para hacer rendir los recursos al máximo y muy eficientes en su administración. Eso ha sido muy importante en mi laboratorio: nada de lo que hacemos es aleatorio y ‘a ver qué pasa’.
Otro tema es la presión por publicar. Cuánto publicás determina cuánta financiación te van a dar en el futuro, entonces siempre está la tentación de publicar cosas que por ahí no son muy relevantes. Pero en el laboratorio tenemos instaurada la cultura de trabajar hacia objetivos bien delineados y con preguntas que pensamos que son relevantes.

Eso es lo que nos ayuda a mantenernos a un buen nivel científico, porque estamos persiguiendo preguntas que interesan al resto del mundo. A mi entender, son las preguntas correctas, que se centran en donde están los agujeros en el conocimiento y los lugares donde uno puede hacer un impacto real.

Eso implica competir con laboratorios que son mucho más fuertes en recursos, pero a mi equipo le tengo muchísima fe.

En estos años también lograste financiación y recursos ofrecidos en llamados de la Pasteur Network (PN) y Pasteur París.

Postulé a absolutamente todo lo que tiene la red, exploté todas las herramientas habidas y por haber. Tuve la beca Calmette, con la que vine a Uruguay, y después cuando estaba en una etapa de transición hacia la independencia postulé a los ACIP, que es para proyectos más chicos.

También obtuve una de las becas del programa Proyectos Transversales (PTR) de la PN, que son becas para proyectos más grandes.

Después postulé y obtuve un G4 internacional de la PN. Es decir, primero mi laboratorio se fundó con un G4 nacional y después gané el internacional, que nos dio cuatro años más de financiación. Dos de esos años se solaparon con el plazo del G4 nacional, por lo que conseguí seis años de financiación en total.

También hemos postulado a becas de movilidad para mandar gente a formarse a París. Siempre estoy atenta a todo lo que hay en la red y fuera de ella.

Tuviste dos hijos desde que estás liderando el laboratorio. ¿Cómo viviste esa experiencia y cómo coordinaste ambos desafíos?

Mis hijos vinieron en dos momentos muy diferentes de mi laboratorio. En noviembre de 2018 me enteré de que había ganado el G4 nacional para empezar en enero, y en enero me enteré de que estaba embarazada. Empezó el laboratorio y la maternidad de mi primera hija al mismo tiempo.

Cuando nació fui pautando las cosas en mi laboratorio para que quedara ordenado. En ese momento tenía dos estudiantes de doctorado y uno de grado que estaba por terminar. Uno de los estudiantes de doctorado era co-tutelado, entonces tenía una persona de referencia además de mí. Cuando me tomé la licencia maternal coordinamos para que mi otro estudiante de doctorado se fuera a París esos tres meses, y mi estudiante de grado escribió la tesis en el período en el que no estuve. Pudimos cuadrar todo para que nadie se perjudicara, pero fue obviamente un desafío.

Presencialmente venía menos al instituto, pero estaba pendiente de cómo avanzaban, de lo que necesitaban, de las gestiones que implican tener un grupo a cargo.

Cuando nació mi segundo hijo la historia fue diferente porque ya tenía un grupo más consolidado y algo clave es que ahora tengo gente muy senior, que es autónoma y pudo ayudar a gestionar a la gente más junior. Era un momento en el que todos estaban bastante encaminados. También intenté estar lo más presente posible tanto durante mi licencia maternal como después, durante el medio horario.

De todas formas, en ambas ocasiones me pasó que las licencias maternales, si tenés un grupo a cargo, no existen realmente. Es difícil, y sufre un poquito cada parte: tanto el laboratorio como mi familia. Durante mi licencia maternal hubo cierres de proyectos y deadlines que había que cumplir, así que estuve trabajando. Pero bueno, es una particularidad de nuestro trabajo que es inesquivable, no importa en qué momento te quieras tomar la licencia, no hay manera de cuadrar una fecha para irte tres meses íntegros y que no caiga algo durante ese tiempo. Es algo que ya sabía que era así: me metí tanto en el baile de la maternidad como en el baile de tener un grupo sabiendo cómo era.

Tiene sus desafíos, pero se lleva. Y tengo un grupo con personas muy empáticas, leales, autónomas, independientes y muy buena gente. Eso es fundamental.

 

María Eugenia Francia
Vortex Profit Max
Bitcore Surge
Visita High Sierra Corp Uruguay para análisis y reseñas de suplementos de salud. Para detalles sobre Elastica Crema, accede directamente aquí: Elastica Crema en Uruguay.