Jessica Houston, actual presidenta de la Sociedad Internacional para el Avance de la Citometría (ISAC, por su sigla en inglés), estuvo de visita en Uruguay para dictar una charla en el Institut Pasteur de Montevideo titulada “Application of fluorescnece lifetime measurements in flow cytometry” (4 de setiembre).
Además, durante su estadía mantuvo reuniones con diferentes grupos del instituto explorando posibilidades de colaboración. Sobre su trabajo a nivel internacional, la estancia sabática que realiza en Brasil y el papel de la mujer en la citometría, Houston conversa en esta entrevista.
¿Cuál considera que ha sido la innovación o los avances más importantes en la citometría en los últimos años, basados en su impacto en la investigación biomédica?
Por mi trabajo en ingeniería y desarrollo de instrumentos para citometría de flujo, creo que algunos de los avances más impactantes son las herramientas que permiten realizar análisis multiparamétricos muy detallados, gracias a las tecnologías de espectro completo y a la imagenología obtenida en forma rápida. La obtención en forma rápida de imágenes, y la posibilidad de seleccionar células basada en imágenes también han sido importantes.
Personalmente, creo que la capacidad de medir la cinética del decaimiento de la fluorescencia, como lo muestran algunas publicaciones recientes, es muy relevante. Para la biomedicina, esto permite que otros investigadores aprovechen nuevos parámetros para interrogar y caracterizar células.
La citometría se emplea en una gran variedad de campos. ¿Qué áreas emergentes cree que tendrán un mayor impacto gracias a esta tecnología?
Una de las áreas es aprovechar los datos de citometría generados y analizarlos usando aprendizaje automático e inteligencia artificial, ya que constituyen un conjunto de datos muy complejos. Este es un campo emergente que tendrá un gran desarrollo.
En términos de biomedicina es difícil de responder. Aún hay mucho que estudiar sobre las partículas pequeñas y las vesículas extracelulares. Además, las aplicaciones clínicas de la citometría de flujo continúan rompiendo barreras, en especial en la caracterización de eventos raros, entre otros.
¿La IA puede potenciar la citometría?
Sí, la respuesta corta es definitivamente sí. La inteligencia artificial y los diferentes tipos de modelos de aprendizaje profundo y aprendizaje automático pueden impactar de manera beneficiosa a la citometría. Desde la automatización en la evaluación, análisis e interpretación de los datos, hasta la operación de los instrumentos, los modelos de IA pueden influir en los conjuntos de datos y en los paneles que diseñamos. Es un área enorme con un gran potencial.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la Sociedad Internacional de Citometría actualmente y en el futuro?
La Sociedad Internacional para el Avance de la Citometría (ISAC, por sus siglas en inglés) reúne a 2.000 miembros que realizan muchas actividades en todo el mundo, desde la educación en formato presencial hasta la organización de una gran reunión anual llamada CYTO, que nuclea a investigadores, técnicos y empresas del campo de la citometría de flujo.
Los desafíos actuales para ISAC son crecer en áreas del mundo donde queremos expandirnos, como en los países de América Latina, y también ayudar a las personas que desean formar parte de la sociedad para que se unan y utilicen este mecanismo que les permita avanzar en sus carreras y aprender sobre citometría de flujo. La educación es una parte fundamental.
Como mujer en un campo tecnológico, en general dominado por varones, ¿cómo ha sido su camino hacia la presidencia de la sociedad y cuál es el estado de las mujeres en este campo?
Mi área de trabajo en general, que es ingeniería, ha estado dominada principalmente por hombres. Aunque mi disciplina principal es la ingeniería química —que no está tan dominada por hombres como otras disciplinas como la ingeniería mecánica, eléctrica o informática— me he encontrado rodeada por hombres a lo largo de mi carrera y durante mis estudios de doctorado. En ese escenario, el camino hacia la presidencia de la sociedad se logró gracias a muchas asociaciones con personas diversas dentro de la comunidad, incluidos muchos mentores masculinos.
Aunque he tenido apoyo, creo que aún existe un déficit de mujeres en ciertas disciplinas. En biomedicina hay un equilibrio mayor, pero en las ingenierías aún queda camino por recorrer. Espero actuar como modelo a seguir y compartir mi experiencia con estudiantes jóvenes, especialmente mujeres, para mostrarles que ellas también pueden interesarse y sobresalir en este campo
El acceso a tecnologías avanzadas es un desafío en muchas regiones del mundo. ¿Qué se puede hacer para facilitar la presencia en los países en desarrollo?
El acceso a la tecnología es definitivamente un desafío, en especial en regiones del mundo donde no existe la infraestructura adecuada o los recursos necesarios. Una de las cosas que estamos haciendo con nuestra sociedad de citometría es facilitar el acceso a citómetros mediante el apoyo a un programa llamado “Instrumentos para la Ciencia”, que lleva citómetros de flujo usados que aún siguen funcionales a laboratorios de entornos con pocos recursos o que no pueden adquirir un nuevo analizador de células.
Además de eso, en el programa participan personas capacitadas que van a estos lugares para entrenar a los científicos locales en el uso de los instrumentos. Esta es solo una manera de contribuir, pero se pueden hacer muchas más cosas. Por ejemplo, expandir el acceso a contenido educativo para distintas regiones del mundo puede ayudar a que estas comunidades identifiquen otras oportunidades de aprendizaje. La disparidad en el acceso a la salud en diferentes regiones se debe, en parte, a la escasez de recursos, por lo que tratamos de hacer lo que podemos para mitigar este problema.
Su visita a Uruguay para dictar la conferencia estuvo precedida por un período sabático en Brasil. ¿Por qué ese país y que considera que aprendió sobre la realidad regional?
Decidí solicitar una beca Fulbright para instalarme en Brasil, específicamente en la Universidad de São Paulo (USP). Hace algunos años comencé a colaborar con el profesor Henning Ulrich, de la USP, a quien conocí en la ISAC, y le comenté mi interés en visitar Brasil y aprender más sobre su investigación. Fui lo suficientemente afortunada como para ser seleccionada (por la Fulbright) y pasar cuatro meses en su laboratorio, que se especializa en neurociencia.
Mi investigación es más fundamental y se enfoca en el desarrollo de tecnologías de citometría, pero fui a Brasil para buscar aplicaciones en neurociencia que puedan beneficiarse de estas tecnologías. Ha sido una experiencia de gran aprendizaje, en especial en cuanto a la realidad de América Latina. Aunque Brasil es un país enorme y São Paulo una ciudad gigantesca, mi estancia me ha permitido expandir mis horizontes, al igual que mi visita a Uruguay.